martes, 18 de enero de 2011

GUERRA MUNDIAL

El dominio sobre las áreas coloniales provocó conflictos entre las potencias que se resolvían a través de acuerdos diplomáticos, o bien de guerras que se mantenían dentro de un mareo estrictamente local. Además, las alianzas que se formaban duraban poco y los países cambiaban de bando frecuentemente, según las circunstancias.

Sin embargo, las reglas de juego de la diplomacia internacional fueron variando poco a poco. A medida que crecían las necesidades de expansión de las grandes potencias industriales, las confrontaciones se fueron haciendo incontrolables. Por un lado, era difícil resolver los conflictos en un escenario que se había ampliado. Los enfrentamientos ya no sólo podían presentarse en Europa sino también en África, China o el Medio Oriente. Además, había nuevos competidores y eran muy agresivos. Estados Unidos y Japón se habían convertido en grandes potencias que se disputaban el dominio del área del Pacífico. Alemania aparecía pujante y poderosa, pero insatisfecha por haber llegado tarde al reparto colonial. Sus intereses expansionistas en China y África del Sur chocaban con el dominio que los ingleses habían establecido en esas zonas. Justamente, las posiciones irreconciliables entre Alemania e Inglaterra fueron las que generaron un sistema de alianzas permanentes que puso en peligro la paz mundial. Por un lado, se formó la Triple Alianza, que en realidad fue sólo una alianza entre Alemania y Austria-Hungría, pues Italia, el tercer integrante, no tardó en apartarse. Por otro, Francia, el Imperio ruso y Gran Bretaña se unieron en la Triple Entente.
La política interna y los nacionalismos
La situación fue tomándose aún más explosiva a raíz de los conflictos internos que atravesaban muchas de las grandes potencias. Rusia estaba amenazada por una revolución social, el Imperio austro-húngaro se desgarraba en luchas entre nacionalidades que ya no podían ser controladas por el gobierno; en el Estado alemán los enfrentamientos políticos paralizaban la política exterior. Los gobiernos parlamentarios, como los de Gran Bretaña y Francia, debían hacer frente a los reclamos de los trabajadores y los sectores medios que demandaban mayores derechos políticos y mejores condiciones de vida.
Muchos gobiernos trataron de resolver estas crisis sociales y políticas llamando a todos los sectores a dejar de lado sus diferencias y a unirse detrás de los superiores intereses nacionales. Fomentaron un sentimiento patriótico
La escuela y el servicio militar obligatorio les sirvieron para estimular los sentimientos nacionalistas a través de ceremonias diarias, como el izamiento de la bandera. Con el mismo objetivo se establecieron nuevas fiestas nacionales, como la que conmemora la Revolución Francesa, recordada los 14 de julio en Francia.
La prensa también jugó un papel importante en todo este proceso exagerando las cualidades de la nación y ridiculizando o disminuyendo las de los pueblos extranjeros.
Pero había otro nacionalismo, el de los pueblos dominados por naciones extranjeras y que luchaban por su autonomía. Tal el caso de los Balcanes, considerado el polvorín de Europa.
La mayor parte del territorio de los Balcanes estaba dominada por los imperios turco y austro-húngaro. A principios del siglo XX, los Balcanes constituían una de las zonas más explosivas de Europa. En ella chocaban distintos intereses. Los serbios querían construir un Estado yugoslavo que reuniera a todos los eslavos de la región. Para ello, debían apropiarse de territorios que estaban en poder de los imperios austro-húngaro y turco. El imperio ruso, alejado del Extremo Oriente tras su derrota ante los japoneses en 1901. 1905, estaba interesado en extender sus dominios hasta el Mediterráneo. Para lograrlo, prometió su ayuda a los serbios.
Alemania, Francia e Inglaterra deseaban apropiarse del territorio que en la zona ocupaba el imperio turco para dominar un punto estratégico: el estrecho de los Dardanelos, puerta esencial para la comunicación entre el Mediterráneo y Asia central.
CAUSAS, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIALEn los Balcanes confluían todos los odios, las rivalidades y las insatisfacciones que se habían ido acumulando durante las últimas décadas. Era por lo tanto previsible que una crisis en la región pudiera provocar el estallido de una guerra generalizada. El acontecimiento fatal tuvo lugar en Sarajevo, el 28 de junio de 1914.
Francisco Femando, heredero del trono de Austria-Hungría, y su esposa fueron asesinados por un estudiante nacionalista serbio. Austria-Hungría quiso aprovechar el atentado para aniquilar a Serbia y le declaró la guerra. Rusia respondió movilizando sus tropas en defensa de los serbios. Inmediatamente el sistema le alianzas —la Triple Entente y la Triple Alianza— se puso en funcionamiento. El 5 de agosto de 1914 comenzaba la Primera Guerra Mundial.
Una vez declarada la guerra, una oleada de patriotismo se extendió por todos los países involucrados. En Berlín, París y Londres, los hombres acudieron fervorosos para matar o morir defendiendo la bandera de su nación. Pensaban regresar para Navidad con el orgullo de la victoria conseguida. Pero muchos no volvieron. Los que regresaron, después de cuatro largos años de penurias, enfermedades y muerte, quedaron para siempre marcados por los recuerdos de una experiencia terrible.
QUE FUE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL:
El 3 de agosto de 1914 era ya un hecho la primera guerra mundial, el ministro británico de asuntos exteriores Edward Grey se hallaba frente a su ventana de su despacho y veía sobre Londres el crepúsculo, entonces pronunció unas palabras que se han hecho famosa: "En toda Europa se apagan ahora las luces: puede suceder que jamás volvamos a verlas encendidas".

Su predicción se cumplió, la guerra que entonces empezaba significó la muerte de la vieja Europa, el final de los viejos tiempos el desmoronamiento definitivo de una concepción del mundo. Esta guerra, que tendría que haber puesto fin a las guerras, dio origen a nuevos enfrentamientos, a nuevas guerras. El conflicto fue provocado en Sarajevo, el 28 de junio de 1914 cuando el heredero del trono austro-húngaro, el archiduque Francisco Fernando cayó víctima de un terrorista servio. Pero como es natural, las causas de la guerra eran más profundas, consistían fundamentalmente en 3 antagonismos:

El conflicto militar que comenzó como un enfrentamiento localizado en el Imperio Austro-Húngaro y Serbia el 28 de julio de 1914; se transformó en un enfrentamiento armado a escala europea cuando la declaración de guerra austro-húngara se extendió a Rusia el 1 de agosto de 1914; Finalmente, pasó a ser una guerra mundial en la que participaron 32 naciones. Veintiocho de ellas, denominadas aliadas o potencias asociadas y entre las que se encontraban Gran Bretaña, Francia, Rusia, Italia y Estados Unidos, lucharon contra la coalición de los llamados Imperios Centrales, integrada por Alemania, Austria-Hungría, Imperio Otomano y Bulgaria.

LA REINA VICTORIA

La reina Victoria de Inglaterra ascendió al trono a los dieciocho años y se mantuvo en él más tiempo que ningún otro soberano de Europa. Durante su reinado, Francia conoció dos dinastías regias y una república, España tres monarcas e Italia cuatro. En este dilatado período, que precisamente se conoce como "era victoriana", Inglaterra se convirtió en un país industrial y en una potencia de primer orden, orgullosa de su capacidad para crear riqueza y destacar en un mundo cada vez más dependiente de los avances científicos y técnicos. En el terreno político, la ausencia de revoluciones internas, el arraigado parlamentarismo inglés, el nacimiento y consolidación de una clase media y la expansión colonial fueron rasgos esenciales del victorianismo; en lo social, sus fundamentos se asentaron en el equilibrio y el compromiso entre clases, caracterizados por un marcado conservadurismo, el respeto por la etiqueta y una rígida moral de corte cristiano. Todo ello protegido y fomentado por la figura majestuosa e impresionante, al mismo tiempo maternal y vigorosa, de la reina Victoria, verdadera protagonista e inspiradora de todo el siglo XIX europeo.

La que llegaría a ser soberana de Gran Bretaña e Irlanda y emperatriz de la India nació el 24 de mayo de 1819, fruto de la unión de Eduardo, duque de Kent, hijo del rey Jorge III, con la princesa María Luisa de Sajonia-Coburgo, descendiente de una de las más antiguas y vastas familias europeas. No es de extrañar, por lo tanto, que muchos años después Victoria no encontrase grandes diferencias entre sus relaciones personales con los distintos monarcas y las de Gran Bretaña con las naciones extranjeras, pues desde su nacimiento estuvo emparentada con las casas reales de Alemania, Rumania, Suecia, Dinamarca, Noruega y Bélgica, lo que la llevó muchas veces a considerar las coronas de Europa como simples fincas de familia y las disputas internacionales como meras desavenencias domésticas.

























La reina Victoria en 1843
(retrato de Franz Xavier Winterhalter)
En el momento de la coronación, la escena política inglesa estaba dominada por William Lamb, vizconde de Melbourne, que ocupaba el cargo de primer ministro desde 1835. Lord Melbourne era un hombre rico, brillante y dotado de una inteligencia superior y de un temperamento sensible y afable, cualidades que fascinaron a la nueva reina. Victoria, joven, feliz y despreocupada durante los primeros meses de su reinado, empezó a depender completamente de aquel excelente caballero, en cuyas manos podía dejar los asuntos de estado con absoluta confianza. Y puesto que lord Melbourne era jefe del partido whig (liberal), ella se rodeó de damas que compartían las ideas liberales y expresó su deseo de no ver jamás a un tory (conservador), pues los enemigos políticos de su estimado lord habían pasado a ser automáticamente sus enemigos.
Tal era la situación cuando se produjeron en la Cámara de los Comunes diversas votaciones en las que el gabinete whig de lord Melbourne no consiguió alcanzar la mayoría. El primer ministro decidió dimitir y los tories, encabezados por Robert Peel, se dispusieron a formar gobierno. Fue entonces cuando Victoria, obsesionada con la terrible idea de separarse de lord Melbourne y verse obligada a sustituirlo por Robert Peel, cuyos modales consideraba detestables, sacó a relucir su genio y su testarudez, disimulados hasta entonces: su negativa a aceptar el relevo fue tan rotunda que la crisis hubo de resolverse mediante una serie de negociaciones y pactos que restituyeron en su cargo al primer ministro whig. Lord Melbourne regresó al lado de la reina y con él volvió la felicidad, pero pronto iba a ser desplazado por una nueva influencia.

El príncipe Alberto

El 10 de febrero de 1840 la reina Victoria contrajo matrimonio. Se trataba de una unión prevista desde muchos años antes y determinada por los intereses políticos de Inglaterra. El príncipe Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha, alemán y primo de Victoria, era uno de los escasísimos hombres jóvenes que la adolescente soberana había tratado en su vida y sin duda el primero con el que se le permitió conversar a solas. Cuando se convirtió en su esposo, ni la predeterminación ni el miedo al cambio que suponía la boda impidieron que naciese en ella un sentimiento de auténtica veneración hacia aquel hombre no sólo apuesto, exquisito y atento, sino también dotado de una fina inteligencia política.




Durante las últimas tres décadas de su reinado, Victoria llegó a ser un mito viviente y la referencia obligada de toda actividad política en la escena mundial. Su imagen pequeña y robusta, dotada a pesar de todo de una majestad extraordinaria, fue objeto de reverencia dentro y fuera de Gran Bretaña. Su apabullante sentido común, la tranquila seguridad con que acompañaba todas sus decisiones y su íntima identificación con los deseos y preocupaciones de la clase media consiguieron que la sombra protectora de la llamada Viuda de Windsor se proyectase sobre toda una época e impregnase de victorianismo la segunda mitad del siglo.
Su vida se extinguió lentamente, con la misma cadencia reposada con que transcurrieron los años de su viudez. Cuando se hizo pública su muerte, acaecida el 22 de enero de 1901, pareció como si estuviera a punto de producirse un espantoso cataclismo de la naturaleza. La inmensa mayoría de sus súbditos no recordaba un día en que Victoria no hubiese sido su reina.

HERNAN CORTES Y EL EMPERADOR MOCTEZUMA


El primer encuentro de Hernán Cortés con el emperador Moctezuma, se dio el 8 de noviembre de 1519 y se dice que se efectuó en la confluencia de las calles de República del Salvador con la Avenida Pino Suárez, de acuerdo con la traza actual del Centro Histórico de la Ciudad de México.
En dicha esquina se encuentra actualmente el Templo de Jesús Nazareno que inició su construcción en el año de 1587 y fue terminado en 1622.  En este sitio, el 25 de noviembre de 1946, en el interior de una urna, se encontraron los restos mortales del conquistador Hernán Cortés.. Una vez que el descubrimiento fue atestiguado por un grupo de historiadores, arqueólogos y periodistas, los restos fueron devueltos a su sitio original el 9 de julio de 1947.
El Instituto de Antropología e Historia instaló una placa conmemorativa en dicho sitio:



En su exterior, y en la esquina arriba mencionada se encuentra  una placa de cantera que indica el sitio del encuentro de Moctezuma II con Hernán Cortés.
Por el contrario, de Moctezuma  Xocoyotzin emperador mexica, muerto en 1520, no existe ningún rastro de sus restos mortales, pero su famoso tesoro fue buscado intensamente por muchos, aparentemente sin ningún éxito. Cuando era un niño mi padre me platicaba, que incluso el gobierno mexicano habría dejado secar intencionalmente el Lago de Texcoco, con la esperanza de encontrar el codiciado tesoro.
Los párrafos que siguen corresponden con la narración que en su momento hicieron los propios conquistadores españoles: Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo y Fray Francisco de Aguilar.

LA CULTURA AZTECA


De forma general, llamamos aztecas a los habitantes de los territorios conquistados por Hernán Cortés,
aplicándolo, por tanto, ese término no sólo a los propios aztecas sino también a los mexicanos.
Los aztecas fundaron la ciudad de Méjico, donde se establecieron.

La cultura azteca se caracteriza por ser buenos en la administración, de hecho, basaban la división de su territorio en 38 provincias tributarias y su organización social era una estratificación piramidal.
En lo alto de esta pirámide se encontraban los Nobles y los Sacerdotes. Después de éstos, estaban los mercaderes y los guerreros. Por último, en la base de la pirámide, se encontraban los labradores y después los esclavos.
Los principales cultivos que practicaban los aztecas eran el maíz, la fruta, el tabaco y las chiles.

Los aztecas hablaban una lengua llamada náhuatl. La escritura mezclaba pictogramas, ideogramas y signos fonéticos. En sus escritos queda reflejada su propia historia, geografía, economía, religión, etc.
Algunos códices han perdurado a lo largo del tiempo como es el caso del Códice Borbónico. Se trata de un libro-calendario con dos partes, la primera un libro de los destinos, llamado tonalamalt y la segunda las fiestas de los meses, xiuhpohualli.



jueves, 13 de enero de 2011

LUGARES EN FLORENCIA






FLORENCIA:

La oleada de investigación artística, literaria y científica que tuvo lugar en Florencia en los siglos XIV al XVI fue propiciado por la preocupación por el dinero, la banca y el comercio y con el despliegue de riqueza y ocio. Con el dinero ganado, los Medici, banqueros muy ricos, patrocinaron a diferentes artistas como Miguel Ángel.

Además, la crisis de la Iglesia Católica (especialmente la controversia sobre el papado francés de Aviñón y el Gran Cisma), unida a los efectos catastróficos de la Peste Negra, llevaron a una revaluación de los valores medievales, dando como resultado el desarrollo de una cultura humanista, estimulada por los trabajos de Petrarca y Boccaccio. Estos hechos propiciaron una revisión y estudio de la antigüedad clásica, de la que surgió el Renacimiento. Florencia se benefició material y culturalmente de sus intercambios marítimos en conciencia social

INVENTOS:

El alumbre para el tinte: Las últimas operaciones tenían que ver con la tintura, técnica en la que los talleres florentinos habían adquirido una maestría legendaria y cuyo secreto se ha perdido. Este arte se basaba en un mineral, el alumbre, que permite fijar el color sobre la tela. Occidente, por medio de los genoveses, que poseían la exclusiva de su venta en Europa, lo importaban inicialmente de Focea -una ciudad de Asia Menor-, pero la hegemonía de los turcos en dicha región, a principios del siglo XV, inquietó suficientemente a los pañeros occidentales como para que buscaran nuevos yacimientos. En 1461se hallaron unos en Tolfa, cerca de Roma. Los Médicis consiguieron durante un tiempo adueñarse de la explotación, pero la concesión de este privilegio a la familia rival de los Pazzi, en 1476, fue tomada como una agresión por parte de Lorenzo el Magnífico.
Italia vivió su célebre Quatrocentro (400) en el siglo XV, siendo Florencia el centro de las artes. Con Boticelli aparecieron los desnudos y los temas paganos de la antigüedad clásica, Brunelleschi rompió con el estilo gótico y construyo la cápsula de la catedral de Florencia. Ghiberti y Donatello esculpieron las primeras estatuas llanas de realismo, siguiendo los cánones greco-romanos.


LOS MEDIOS DE TRANSPORTE:

Vía terrestre: en la Edad Media había una movilidad nula, porque los caminos que tenían eran los construidos por los romanos. Solamente se crean nuevos unos pocos caminos reales. Los medios de transporte eran escasos y restringidos a los señores.

Vía marítima: era muy peligrosa por el avance musulmán y la piratería; la vía fluvial era una opción bastante usada para evitar la peligrosidad del mar.


QUE VISITAR
- Piazza del Duomo: Es el conjunto monumental con mayor calado en Florencia. Está compuesto por la catedral, el baptisterio y el campanile. Está situado en pleno centro de la ciudad. Al visitar este complejo turístico, también podéis acudir a la Loggia del Bigallo, que data del siglo XVI, y al Museo de la Obra del Duomo, por su proximidad a esta zona.
- Piazza della Signoria: Es el centro neurálgico de la vida política de la ciudad de Florencia. A partir de esta plaza, tenéis aceeso al Palazzo Vecchio, al Palazzo de los Uffizi y la Loggia. Todo el complejo nos traslada a la Edad Media y, en el centro, observaréis la estatua ecuestre de Cosme I de Medici. Además de todo esto, podéis visitar la fuente de Neptuno, que data del siglo XVI, una copia de un león hecho por Donatello y una copia del David de Miguel Ángel.
- El Palazzo Medici-Riccardi y la Iglesia de San Lorenzo: Unimos estos dos monumentos por la cercanía que los une. El palacio fue la vivienda de los Medici y la iglesia, del siglo XV, es obra, de nuevo, de Brunelleschi. Las zonas más destacadas de la iglesia son los púlpitos, la sacristía y las Capillas Mediceas.
- El Palazzo Pitti: Es un edificio, de estilo renacentista, en el que vivió la familia Pitti y que, después, compró la familia Medici. Data del siglo XV y, en él, se custodia obras de Rafael y Tiziano. Al mismo tiempo, podéis observar obras de arte moderno y un Museo en el que se salvaguardan algunos de los tesoros más preciados de la familia Medici y de la familia Lorena.




MONEDA DE FLORENCIA

La prosperidad de Florencia en estos momentos era tal que se crea su propia moneda, era una moneda de oro llamada fiorino, moneda con la que se realizaban operaciones ya en el siglo XIII. Era tal la fuerza de Florencia y de su moneda que el florín se convirtió en moneda común de compraventa en toda Europa

LA GUIA TURISTICA DE FLORENCIA



FLORENCIA CAPITAL DE ITALia

En 1859 los Lorena salieron de Florencia. Después de esto y después de la segunda guerra de Independencia y de que Toscana se juntó a la Italia unificada bajo el Reino de los Savoia, Florencia fue nombrada capital de Italia por 5 años a partir de 1865 a 1870. El centro histórico de la ciudad experimentó una renovación urbana intensiva, que destruyó totalmente el viejo mercado y su cuarto judío, hoy cerca a Piazza della Repubblica. La plaza representa la destrucción de mil años de estratificación urbanística, substituidas por una disposición geométrica anónima de los edificios, entre los cuales algunos monumentos se han dejado intactos, emergiendo sin ninguna conexión con los edificios en sus alrededor.




EL RENACIMIENTO

Cuando el poder volvió al popolo grasso al final del siglo 14, un régimen oligárquico fue establecido en Florencia y un número restricto de la clase media mercantil gobernó la ciudad por cerca de 40 años. En estos años creció una oposición, cada vez mayor, a la oligarquía que fue capaz de explotar el descontento de la población. Esa parte de la clase media que había sido excluida del poder se juntó a la gente y encontró un líder en Giovanni de' Medici, cabeza de la compañía más rica y más poderosa de Calimala. Después de la muerte de Giovanni (1429) el contraste fue acentuado mientras que la corriente de la opinión favorable al Medici siguió creciendo. El primogénito de Giovanni, fue Señor de la ciudad, aunque él procuró esconderlo, manteniendo las viejas instituciones republicanas intactas, pero vaciandolas de cualquier poder efectivo, murió en 1464, y fue seguido por el mediocre Piero el Gotoso (1464/1469) cuyo hijo, Lorenzo el Magnífico, continuó con la política de dissimulación de su antepasado hasta casi al final del siglo, manteniendo las oficinas tradicionales, pero sin dudas él era a todos los efectos el señor verdadero de Florencia.
Durante los años en los cuales la oligarquía mercantil gobernó Florencia y en el primer período de la regla de los Medici, los contactos cada vez más frecuentes con ejemplos de la antigüedad griega y romana dieron lugar a un nuevo espíritu y la ciudad se convirtió en el centro en el cual el Humanismo fue forjado. El hombre se consideraba el fin último, impaciente para el conocimiento racional y la afirmación de su dominio sobre la naturaleza que lo rodeaba y la historia que lo precedió. La cultura literaria, las ciencias, las artes y las actividades humanas llegaron a la vanguardia y fue un período de oro en intelecto y cultura europeas. Por ejemplo Filippo
Brunelleschi; entre 1420 y 1446 creó un grupo de trabajos que representió uno de los momentos más importantes en la historia de la arquitectura florentina y del planeamiento de la ciudad. Es entonces gracias, primero de todos, a Brunelleschi y en segundo lugar a los otros exponentes de la cultura arquitectónica del inicio del siglo quince que Florencia fue desde entonces conocida como la "ciudad del renacimiento", idealizada por los humanistas. Un número increíble de personalidades artísticas determinaron la imagen de la ciudad del renacimiento entre los cuales Donatello, Masaccio, Filippo Lippi, Domenico Ghirlandaio, Sandro Botticelli, Beato Angelico, Michelozzo, Giuliano da Sangallo y Benedetto da Maiano de Benedetto, y son solamente algunos de estos.

 EL PERIODO DE LOS LORENA


Después de la muerte del Granduque Gian Gastone, el último de los Medici, los países europeos importantes decidieron en Viena dar a la Toscana al duque Francisco I de Lorena, dinastía Franco-Austríaca. A Leopoldo sucedieron Pietro Leopoldo I, Ferdinando II, Ferdinando III y al final Leopoldo II.
La llegada de la familia de Lorena en Florencia restableció la economía de la ciudad, desafortunadamente también acentuó su mentalidad provincial que evitó que Florencia participara en la extensión cultural internacional y las consecuencias para la ciudad duraron por un largo rato. Frente a esto las técnicas de Ammannati y de Buontalenti influenciaron grandemente el arquitectura y los signos son los trabajos de Pierfrancesco de Silvani, de Foggini, y, al final del siglo décimo octavo, de Ruggieri. En la mitad del siglo 18, cuando la cultura internacional estaba una vez más puesta en discusión, los Lorena pidieron que el francés Jadot viniera a Florencia para proveer un toque neoclásico. Hay en Florencia un toque Neo-clasico fuerte, de buen gusto y de elegancia en el pequeño palacio Meridiana en Boboli y en el cuarto blanco en Palazzo Pitti, entre otros.
El mejoramiento de la economía fue atestiguado por el alargamento de vía Larga, dos puentes nuevos fueron construidos y los caminos a lo largo de los bancos del Arno fueron extendidos más allá de las paredes de la ciudad, mientras que los districtos pobres llegaron a ser más y más urbanizados. Cuando Leopoldo II de Lorena tomó otra vez el control de la ciudad, asistido por las tropas austríacas, en una atmósfera de crisis social inminente y con el estallar de la guerra de clase, los ideales de la belleza y la elegancia del período neoclásico fueron substituidos por la teoría de la aclaración, para volver a la naturaleza y a la libertad de la humanidad. El contraste en aumento entre la extensión de los districtos residenciales nuevos cerca de las paredes de la ciudad y el aumento continuo inquietante en el número de la gente que vivía en los cuartos de los pobres, era la causa principal de la guerra social y de la revolución, mientras que el nacimiento de la economía industrial acentuava el problema de las condiciones de las clases obreras.






EL SIGLO DIECISEIS


Lorenzo el magnífico supo imponer su poder personal sin llegar al derrocamiento de las instituciones republicanas. Pero después de su muerte, en 1492, tomó solamente algunos años para Pietro el desafortunado, el hijo, que demolió la maravillosa estructura de poder de los Medici. La política cobarde de Pietro respecto al invasor Carlos VIII obligó a la ciudad a eliminarlo y a restablecer por completo un régimen republicano. Pero la gente estaba dividida entre los que estaban con los Medici y la mayoría de la gente, inflamada por los sermones de Girolamo Savonarola, lo cual procedió con las reformas del gobierno, imponiendo un nuevo régimen en el cual un papel importante fue dado al "Gran Consiglio" donde se habían miembros de las familias principales. Pero no pasó mucho tiempo que los Medici y sus partidarios hicieron una reaparición, gracias al hecho de que Savonarola había sido juzgado un herético y quemado en la estaca en Piazza della Signoria el 23 de mayo 1498 por orden de papa Alejandro VI. Esto fue cuando Michelangelo creào su famosa estatua del David para ponerla delante de Palazzo della Signoria para que hiciera como guarda a la libertad florentina. La ciudad se encontró otra vez bajo el régimen de los Medici, gracias al orden del papa, aliado con el rey de Aragon cuya palabra era ley en Italia después de la salida del rey de Francia. La elevación al trono papal, primero de Giovanni de' Medici en 1512, y entonces de Giulio (VII) Clemente parecía reforzarse aún más la signoria de los Medici. Pero cuando llegaron las noticias del saco de Roma en 1527, la gente se rebeló y una vez más expulsó a los Medici y proclamó su libertad. Ésta fue el último tentativo desesperado por reinstalar el gobierno republicano. El 12 de agosto 1530, después de un sitio de once meses, los ejércitos del emperador y del papa juntos entraron en Florencia y el año siguiente, con la concesión imperial, Alejandro de' Medici fue declarado "jefe del gobierno y del estado". El nuevo señor, que en una resolución subsecuente fue llamado el "duque de la república florentina", instaló una tiranía, con nuevas instituciones todas bajo su control, y comenzó una política extranjera de alianzas con las familias reinantes más importantes de Europa, casándose con el hija natural del emperador Carlos V y dando su hermanastra Caterina como esposa al segundo hijo de Francisco I.
Los adversarios de los Medici, dirigidos por Filippo Strozzi, intentaron inútilmente volcar el gobierno del duque Alessandro (Alejandro). Fracasaron los tentativo incluso cuando Lorenzino de' Medici asesinó a Alessandro en 1537. El único sucesor posible era Cosimo il Giovane, hijo de Giovanni delle Bande Nere, un rama más joven de la familia, puesto que la línea de Cosimo el Viejo era extinguida. En los diecisiete el nuevo duque manejó ordenar respecto e instaló gradualmente un régimen autocrático. En curso de su vida él tuvo éxito en el machacamiento de las facciones adversas y reforzar el estado, trayendo Siena bajo el estado florentino en 1555. Él obtuvo un título soberano del papa y el 5 de marzo 1570 fue coronado Granduque de Toscana por Pío V. Cuando murió, en 1574 dejó el gobierno en las manos de su hijo Francesco que reinó hasta el 1587 cuando fue sicedido por su hermano Ferdinando I (1587-1609).



LOS GRANDES NOMBRES DEL SIGLO 16

Leonardo, aunque se había hecho un nombre famoso en la corte de Medici, donde trabajo para la familia fue comisionado para traer gloria al nombre de los Medici, realizó sus primeras experiencias artísticas en Florencia, donde permaneció hasta el 1482, cuando salió de Florencia para Milano, pues él no se conformó con la filosofía de la corte y por lo tanto no fue feliz con los Medici. A su vuelta en 1500 la ciudad seguía siendo republicana, pero no estuvo tal por mucho más (1512). La ideología neo-platónica y evasiva había sido ahora substituida por el concepto empírico áspero del estado moderno de Maquiavelo. Michelangelo y Raffaello yà habían creado una atmósfera artistica diferente en Florencia y, mientras Leonardo se fue a Milan, Michelangelo se fue al centro de arte a Roma en 1504.
Los grandes nuevos patrones de este período fueron los papas Clemente VII, Julio II y Leo X. Raffaello vino a Florencia de Urbino el mismo año que
Michelangelo se fue a Roma. Él permaneció allí por cuatro años, bastante tiempo para dejar una huella de su diverso concepto del arte como medios para justificar sus propios extremos y como cumplimiento de la forma ideal y de la perfección técnica. Junto con el complejo y dramático dejado en heredidad por Michelangelo y la sensibilidad inquiesta y refinada de Leonardo, forma la base del Manierismo.Michelangelo volvió de Roma en 1516 para diseñar la fachada de la iglesia de San Lorenzo a petición de papa Leon X, un Medici. Esta cita fue cancelada y convertida más adelante en un proyecto para la sacristía de la iglesia para las tumbas de Lorenzo de Medici y de Giuliano. En el cuarto principal y en el pasillo de la biblioteca de Laurenziana, con su escalera central dominante que da la impresión de una onda que cae en una cascada, apoyada en el lado por la barandilla y la línea espesa de las escaleras altas, Michelangelo anticipa la característica del estilo barroco, que tiende a forzar el espacio hacia adentro.
Después la caída de Florencia bajo España en 1529 y la caída de la república, en el medio tiempo restablecido por el duque Alessandro dei Medici, Michelangelo fue forzado a salir otra vez de Florencia. En 1534 fue llamado a Roma para emprender los frescos de la Capilla Sixtina. Al mismo tiempo el aspecto de la ciudad de Florencia, hasta que estuvieron construidas las calles y los palacios de los siglos quince y dieciséis, con los patios y los jardines internos, comenzó a tener plazas espaciosas, donde se celebraban las reuniones y las representaciones de teatro. Giorgio Vasari, pintor, arquitecto, historiador del arte, transformó el Palazzo degli Uffizi en un grande pasillo urbano. Bartolomeo Ammannati, escultor y arquitecto, transformó a Palazzo Pitti en una estructura con un grande espacio en frente. Bernardo Buontalenti que sucedió el Ammannati como arquitecto por la familia de los Medici, aportó el ejemplo más animado de la flexibilidad de la cultura de ese período. Este carácter versátil extraordinario era capaz pasar de la inversión del planeamiento urbanistico de la ciudad de Livorno a diseñar las joyas para la duquesa magnífica y también preparó los planes para la Fortezza di Belvedere.


EL OCASO DE LOS MEDICI

Ferdinando I (1587-1609) continuó la política de su padre y le sucedió en la consolidación del Gran Ducado, manteniendo un equilibrio difícil entre Francia y España. Signos de la decadencia llegaron a ser más visible durante el gobierno de los dos hijos de Ferdinando I y aceleraron en el siglo 17. Florencia era todavía una grande ciudad, pero su territorio era pequeño y no podía competir ciertamente con los grandes y potentes estados centralizados. La situación también había cambiado económicamente. El comercio y la fabricación estaban en declive y, por lo menos hasta el final del siglo 16, sólo las actividades bancarias fueron realizadas a un nivel europeo, pero al final también esto declinó.
Ferdinando I fue sucedido por el enfermo II, (1609-1621) que murió dejando el gobierno en las manos de su esposa Maria Magdalena de Austria y su madre Cristina de Lorena. En 1628, cuando el período de regenia se acabó, Ferdinando II subió al trono y reinó hasta el 1670. Aunque él era reputado entre los mejores de la dinastía de los Medici, no pudo hacer nada para arrestar lel declive inexorable de Florencia y de la Toscana de los magníficos duques. Ni pudieron sus sucesores, III (1670-1723) y el último de la dinastía de Medici, Gian Gastone, que murió sin herederos en 1737. Incluso así pues, la ciudad, desde entonces condenada a un papel provincial, todavía exhibió cierta vitalidad que se expresó en el campo de la música, de la cultura y en el fenómeno de las Academias. A partir del final del siglo decimosexto y por todo el siglo 17 numerosas Academias de pura literatura nacieron. El Accademia della Crusca, cuyo trabajo principal fue la compilación del diccionario, la primera edición del cual apareció en 1612, fue fundada en 1582. De grande importancia para las ciencias fue la actividad del Accademia del Cimento, fundada por Leopoldo de' Medici en 1657 y sostenida por su hermano, el reinante Ferdinando II. Ambos fueron las pupilas de Galileo, el único genio que el siglo 17 produjo en el Granducado.

jueves, 16 de diciembre de 2010

ARISTOTELES

Aristóteles nació en el año 384 a.C. en una pequeña localidad macedonia cercana al monte Athos llamada Estagira, de donde proviene su sobrenombre, el Estagirita. Su padre, Nicómaco, era médico de la corte de Amintas III, padre de Filipo y, por tanto, abuelo de Alejandro Magno. Nicómaco pertenecía a la familia de los Asclepíades, que se reclamaba descendiente del dios fundador de la medicina y cuyo saber se transmitía de generación en generación. Ello invita a pensar que Aristóteles fue iniciado de niño en los secretos de la medicina y de ahí le vino su afición a la investigación experimental y a la ciencia positiva. Huérfano de padre y madre en plena adolescencia, fue adoptado por Proxeno, al cual pudo mostrar años después su gratitud adoptando a un hijo suyo llamado Nicanor.

 Aristóteles
En el año 367, es decir, cuando contaba diecisiete años de edad, fue enviado a Atenas para estudiar en la Academia de Platón. No se sabe qué clase de relación personal se estableció entre ambos filósofos, pero, a juzgar por las escasas referencias que hacen el uno del otro en sus escritos, no cabe hablar de una amistad imperecedera. Lo cual, por otra parte, resulta lógico si se tiene en cuenta que Aristóteles iba a iniciar su propio sistema filosófico fundándolo en una profunda critica al platónico. Ambos partían de Sócrates y de su concepto de eidos, pero las dificultades de Platón para insertar su mundo eidético, el de las ideas, en el mundo real obligaron a Aristóteles a ir perfilando términos como «sustancia», «esencia» y «forma» que le alejarían definitivamente de la Academia. En cambio es absolutamente falsa la leyenda según la cual Aristóteles se marchó de Atenas despechado porque Platón, a su muerte, designase a su sobrino Espeusipo para hacerse cargo de la Academia. En su condición de macedonio Aristóteles no era legalmente elegible para ese puesto.
Alejandro Magno en el horizonte
A la muerte de Platón, ocurrida en el 348, Aristóteles contaba treinta y seis años de edad, habla pasado veinte de ellos simultaneando la enseñanza con el estudio y se encontraba en Atenas, como suele decirse, sin oficio ni beneficio. Así que no debió de pensárselo mucho cuando supo que Hermias de Atarneo, un soldado de fortuna griego (por más detalles, eunuco) que se habla apoderado del sector noroeste de Asia Menor, estaba reuniendo en la ciudad de Axos a cuantos discípulos de la Academia quisieran colaborar con él en la helenización de sus dominios. Aristóteles se instaló en Axos en compañía de Xenócrates de Calcedonia, un colega académico, y de Teofrasto, discípulo y futuro heredero del legado aristotélico.
El Estagirita pasaría allí tres años apacibles y fructíferos, dedicándose a la enseñanza, a la escritura (gran parte de su Política la redactó allí) y a la reproducción, ya que primero se casó con una sobrina de Hermias llamada Pitias, con la que tuvo una hija. Pitias debió de morir muy poco después y Aristóteles se unió a otra estagirita, de nombre Erpilis, que le dio un hijo, Nicómaco, al que dedicaría su Ética. Dado que el propio Aristóteles dejó escrito que el varón debe casarse a los treinta y siete años y la mujer a los dieciocho, resulta fácil deducir qué edades debían tener una y otra cuando se unió a ellas.
Tras el asesinato de Hermias, en el 345, Aristóteles se instaló en Mitilene (isla de Lesbos), dedicándose, en compañía de Teofrasto, al estudio de la biología. Dos años más tarde, en el 343, fue contratado por Filipo de Macedonia para que se hiciese cargo de la educación de su hijo Alejandro, a la sazón de trece años de edad. Tampoco se sabe mucho de la relación entre ambos, ya que las leyendas y las falsificaciones han borrado todo rastro de verdad. Pero de ser cierto el carácter que sus contemporáneos atribuyen a Alejandro (al que tachan unánimemente de arrogante, bebedor, cruel, vengativo e ignorante), no se advierte rasgo alguno de la influencia que Aristóteles pudo ejercer sobre él. Como tampoco se advierte la influencia de Alejandro sobre su maestro en el terreno político, pues Aristóteles seguía predicando la superioridad de las ciudades estado cuando su presunto discípulo estaba poniendo ya las bases de un imperio universal sin el que, al decir de los historiadores, la civilización helénica hubiera sucumbido mucho antes.
La vuelta a casa
Poco después de la muerte de Filipo, Alejandro hizo ejecutar a un sobrino de Aristóteles, Calístenes de Olinto, a quien acusaba de traidor. Conociendo el carácter vengativo de su discípulo, Aristóteles se refugió un año en sus propiedades de Estagira, trasladándose en el 334 a Atenas para fundar, siempre en compañía de Teofrasto, el Liceo, una institución pedagógica que durante años habría de competir con la Academia platónica, dirigida en ese momento por su viejo camarada Xenócrates de Calcedonia.
Los once años que median entre su regreso a Atenas y la muerte de Alejandro, en el 323, fueron aprovechados por Aristóteles para llevar a cabo una profunda revisión de una obra que, al decir de Hegel, constituye el fundamento de todas las ciencias. Para decirlo de la forma más sucinta posible, Aristóteles fue un prodigioso sintetizador del saber, tan atento a las generalizaciones que constituyen la ciencia como a las diferencias que no sólo distinguen a los individuos entre sí, sino que impiden la reducción de los grandes géneros de fenómenos y las ciencias que los estudian. Como él mismo dice, los seres pueden ser móviles e inmóviles, y al mismo tiempo separados (de la materia) o no separados. La ciencia que estudia los seres móviles y no separados es la física; la de los seres inmóviles y no separados es la matemática, y la de los seres inmóviles y separados, la teología.

Platón y Aristóteles en La Escuela de Atenas, de Rafael
La amplitud y la profundidad de su pensamiento son tales que fue preciso esperar dos mil años para que surgiese alguien de talla parecida. Y durante ese período su autoridad llegó a quedar tan establecida e incuestionada como la que ejercía la Iglesia, y tanto en la ciencia como en la filosofía todo intento de avance intelectual ha tenido que empezar con un ataque a cualquiera de los principios filosóficos aristotélicos.
Sin embargo, el camino seguido por el pensamiento de Aristóteles hasta alcanzar su actual preeminencia es tan asombroso que, aun descontando lo que la leyenda haya podido añadir, parece un argumento de novela de aventuras.
La aventura de los manuscritos
Con la muerte de Alejandro, en el 323, se extendió en Atenas una oleada de nacionalismo (antimacedonio) desencadenado por Demóstenes, hecho que le supuso a Aristóteles enfrentarse a una acusación de impiedad. No estando en su ánimo repetir la aventura de Sócrates, Aristóteles se exilió a la isla de Chalcis, donde murió en el 322. Según la tradición, Aristóteles le cedió sus obras a Teofrasto, el cual se las cedió a su vez a Neleo, quien las envió a casa de sus padres en Esquepsis sólidamente embaladas en cajas y con la orden de que las escondiesen en una cueva para evitar que fuesen requisadas con destino a la biblioteca de Pérgamo.
Muchos años después, los herederos de Neleo se las vendieron a Apelicón de Teos, un filósofo que se las llevó consigo a Atenas. En el 86 a.C., en plena ocupación romana, Sila se enteró de la existencia de esas cajas y las requisó para enviarlas a Roma, donde fueron compradas por Tiranión el Gramático. De mano en mano, esas obras fueron sufriendo sucesivos deterioros hasta que, en el año 60 a.C., fueron adquiridas por Andrónico de Rodas, el último responsable del Liceo, quien procedió a su edición definitiva. A él se debe, por ejemplo, la invención del término «metafísica», título bajo el que se agrupan los libros VII, VIII y IX y que significa, sencillamente, que salen a continuación de la física.
Con la caída del Imperio romano, las obras de Aristóteles, como las del resto de la cultura grecorromana, desaparecieron hasta que, bien entrado el siglo XIII, fueron recuperadas por el árabe Averroes, quien las conoció a través de las versiones sirias, árabes y judías. Del total de 170 obras que los catálogos antiguos recogían, sólo se han salvado 30, que vienen a ocupar unas 2.000 páginas impresas. La mayoría de ellas proceden de los llamados escritos «acroamáticos», concebidos para ser utilizados como tratados en el Liceo y no para ser publicados. En cambio, todas las obras publicadas en vida del propio Aristóteles, escritas para el público general en forma de diálogos, se han perdido.